habré huído en demasiadas ocasiones
de quererte, de aprovecharte,
de tenerte y de odiarte.
Habré navegado por los mares más gélidos,
habré sido preso de mí mismo,
del destino, del antagonismo,
del miedo y del egocentrismo.
Habré sufrido de cegera -y severa-,
habré sido herido por sus espadas certeras
de desamor, de tormento,
de desilusión y de falacias.Sin embargo, aquí erguido me encuentro,
aunque dólido y esperando ese tacto mórbido
que exalte el motivo de mi existencia,
en ocasiones incomprensible e indeseada.
Sin embargo, aquí erguido me encuentro,
observando pálido el horizonte
y esperando pacientemente el momento
de que cada uno termine en el lugar que le corresponde.Sin embargo, aquí erguido me encuentro
con la tristeza acechando y luchando
en una batalla cuerpo a cuerpo
tan solo presente en mi subconsciente.
El subconsciente, el cual
me atrapa, me engaña, me miente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario