domingo, 13 de febrero de 2011

Acción-reacción.

Habré cometido errores a millones,
habré huído en demasiadas ocasiones
de quererte, de aprovecharte,
de tenerte y de odiarte.

Habré navegado por los mares más gélidos,
habré sido preso de mí mismo,
del destino, del antagonismo,
del miedo y del egocentrismo.

Habré sufrido de cegera -y severa-,
habré sido herido por sus espadas certeras
de desamor, de tormento,
de desilusión y de falacias.

Sin embargo, aquí erguido me encuentro,
aunque dólido y esperando ese tacto mórbido
que exalte el motivo de mi existencia,
en ocasiones incomprensible e indeseada.

Sin embargo, aquí erguido me encuentro,
observando pálido el horizonte
y esperando pacientemente el momento
de que cada uno termine en el lugar que le corresponde.

Sin embargo, aquí erguido me encuentro
con la tristeza acechando y luchando
en una batalla cuerpo a cuerpo
tan solo presente en mi subconsciente.

El subconsciente, el cual
me atrapa, me engaña, me miente.

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