jueves, 25 de noviembre de 2010

¿Feliz ignorancia?

Un campo. Era un campo oscuro. Negro y aterrador. De no ser por el frío, podría haber pensado que se trataba del infierno. Pero era demasiado real, aunque con un punto surrealista. El césped estaba mojado de un extraño líquido marrón, parecía agua sucia. El cielo nublado, un nublado grisáceo. Un silencio imponente, tan solo interrumpido a ratos por una brisa, se presentaba junto a una aparente tranquilidad.

Pero de repente, una familiar silueta corría. Era del todo negra, acorde a su entorno. Corría y gritaba. ¿De qué huía? No había nada de que huir. Era un grito espantoso, inverosímil con cualquier otro. La sombra se para y logro verle los ojos: era yo. Yo mismo me observaba extrañado pero sin exaltaciones.

- ¿De qué huías? - me pregunté.

- De mis sentimientos. ¿Vale de verdad la pena seguir adelante? Es decir, soy un alma perdida en un mundo gris casi negro. Un mundo que hace que te cuestiones dónde está el amor... guerras, discusiones inútiles, peleas, discriminación, xenofobia, desprecio a lo diferente y un largo y deprimente etcétera. Mi alma es bondadosa y mis ideas diferentes, algo aparentemente beneficioso no solo para mí, sino para los otros. Pero, las cuestiones no cesan ¿es cierto que es necesario seguir trabajando, seguir esforzándome? ¿Seguir pensando? ¿Seguir... viviendo?

- Hombre, todo depende de los ojos con los que mires el mundo. Sin duda, seguir viviendo es más que necesario: sin la vida no vives obviamente y ¿sabes qué harás luego? Quizás ir al paraíso o, no sé, al infierno... al limbo, o si no serás simplemente un cadáver más sin alguna utilidad y tu alma no irá a ninguna parte, porque no existe. Lo que te ha tocado vivir a ti... bueno, a mí... es convivir rodeado de estúpidos ignorantes felices, que no se preguntan nada pero que nunca llegarán a ningún sitio. No han de huir, ni si quiera de su ignorancia, ya que ignoran que ignoran, no saben que no saben... y el principal saber, es saber que no sabes nada. Sin embargo, tú... yo, soy uno de esos masoquistas independientes. De esos que sabe que merece la pena luchar, esforzarse y seguir adelante con tus ideales. Al fin y al cabo, un ignorante no se entrega a nadie ni a nada, y te harán feliz las personas y las cosas a las que te entregues, no las que utilices.

- Siempre he preferido ser ignorante. Pero no lo soporto. Creo que he escogido los caminos más inhóspitos, muchos de los cuales me han llevado al fracaso. De uno de ellos intento huir, pero es infinito... la ignorancia es infinita y eso me reconcome.

Entonces, desperté...

1 comentario:

CryptoQuid dijo...

Si señor, un aplauso a nosotros. Independientes infelices pensadores que intentan dejar atras la ignorancia para ser mejores, cumplir sus ilusiones. A los que vivimos, y pasamos por la vida dejando que pase ella tambien por nosotros, a los que aprendemos queriendo aprender...

yeah...!

Gutta cavat lapidem non vid sed saepe cadend

‘La gota agujerea la piedra, no por la fuerza, sino por la constancia’