martes, 26 de octubre de 2010

Sobre tu hilo de cereza.

Deambulo
sobre una cereza amarilla
sobre un alto muro
sobre el cual conmigo pasean
hormigas, verde oscuro
y más bien feas,
en una cesta
con escalofriante miedo
por si alguien nos ingesta.

Nos para un murciélago policía
y preguntan por documentación.
Su placa era una estrellada mandarina.
Le damos lo que pedían,
pero querían más información.
Esta gente no cambia
ni en un mundo de realista imaginación.
Al fin huye,
se hacía de día.

El sol era azul.
Se veía como cuadrado.
Sus ojos de mamut
olían a tulipán morado.

Miraba a mi alrededor:
tigres con plumas verdes en el agua,
truchas con pelo rojo volaban
sobre el floreado mar.
Era estremecedor
y al mismo tiempo enternecedor.

Un oso con un plátano de corbata
me decía que por qué no despertaba.
Yo respondía:
esto es ilógico,
yo nunca me he dormido,
es tan sólo un lugar mágico
que imagino mientras camino
sobre un largo hilo,
tan largo que es infinito.
El oso quedó sorprendido.
Yo continúo por mi pasillo.

Es un mundo llamado imaginación,
inmensamente más amplio que el mundo real,
y, aunque menos real que el mundo real,
más real que el mundo que nos imaginamos como real
o el mundo real que queremos imaginar como real.

Me despido.
Pero no es un adiós
ni un descanse en paz
ni un hasta nunca,
sino un hasta luego.

3 comentarios:

Branislav Bozanic dijo...

guai xDD mola el toco sobrenatural (por decirlo de algun modo) que le has dado

CryptoQuid dijo...

Sublime paranoia jajajaja Sabes que no es mi estilo eso de... desviarme tanto. Pero, consigues que me ponga lo que escribes... xD

Unknown dijo...

Desde luego: soy un jodido desviado...