jueves, 13 de enero de 2011

Un día de lagrimas...


¿Escribiendo sin inspiración?¿Escribiendo sin un tema mínimamente definido? Es grave... lo sé, no suelo hacerlo, pero tengo ganas de escribir, porque es lo único que me distrae un poco de esta situación... porque es lo único que me deja sacar un poco de este fuego que me quema, y sobre todo, de forma controlada, sin gritos ni lágrimas...

Sin nada que respalde mi escritura no aporto rima alguna, cualquier aparición de ella es coincidencia pura...

Es frustrante hallarme en esta situación. Es frustrante el pensar que una simple frase me traiga hasta este lado. Este lado de la mampara, de cristal irrompible, posee una única cerradura y no tengo la condenada llave... al otro lado mi felicidad, esa odiada parte de mi vida que me da a probar un poco de su sabor, es tan dulce... y más tarde me lo arrebata y lo único que deja es un pozo, oscuro, maloliente, frío e incomodo... amargura...

Muchas veces he dicho - "No me gusta llorar...", a lo que responde - "¿Tú llorando? No caerá esa breva...". Ojalá fuera verdad eso de lo que tú estás tan segura... Hay formas y formas, lo que mi alma solloza mi boli lo transforma y lo transmite al papel, mis dos mayores confidentes, a ellos legados los más grandes despojos, los más grandes gritos de odio, la mayor pena, la más irresistible frustración... mis lagrimas... ríos de tinta.

Ríos que desembocan en este mar blanco y lo colorean para dar forma a mis penas y dejan constancia plena de que soy una mierda, gigante y que anda, pero al fin y al cabo cada uno es lo que es. Yo estoy condenado a no olvidar jamás el sabor amargo de este lado de la habitación... rincón en el que me dedico a añorar la bonita ilusión. La bonita ilusión de mi sonrisa, el recuero de su sonrisa...

Si estoy así, vago de un lado a otro falto de un punto en el que fijarme. Un cabo al que agarrarme e ilustrar en un tapiz mi imagen; el tiempo a un lado, el mundo al otro, yo por mi lado en mi mundo. Ese mundo en el que sucumbo a la tentación de Felicidad, pero tarde o temprano Soledad me reclama y Felicidad me la juega dejándome caer... veo como se aleja de mí desde lo alto de su altar, mientras, yo caigo y atraigo hacia mí las ansias desesperadas por sonreír... escribo, no grito porque mi pecho con tanto golpe está lánguido...

Ilícito es lo infringido para mis recién adquiridos ideales de vida, no quería llorar, no quería escribir nada relacionado con esta situación de pena e indiferencia... Pues la maza del mundo me golpea y rompe mis regalos, en los que guardo esperanza y amor, nada es mío, todo es para regalar...

Parece que "al de ahí arriba", si es que existe, le molestaba que todo fuera bien, que tuviera una sonrisa para mí solo y otra más de la que preocuparme...

Los silencios dicen más que las palabras acerca de tus sentimientos, las miradas despejan toda duda... Se han clavado en mi corazón profundas lanzas, la sangre que mana se mezcla con mis lágrimas y sale este llanto, consolidador de que la felicidad bien poco dura y a ratos llena tu vida de amargura...

1 comentario:

Unknown dijo...

Un mensaje desesperanzador y, en el transcurso de la escritura, lo más probable es que fuera llanamente un desahogo que finalmente... ¡oh, sorpresa! Una nueva entrada a Cómico Drama.

Tan necesario es reír como llorar, aunque no igualmente agradable ni recomendable. Te diré algo que es SIEMPRE necesario, agradable y recomendable: la comprensión. Si, si. Esa cosa que todos saben qué es pero que "está reservada a unos pocos". Así, entre comillas. Si, si. Esa cosa que yo sé qué es y que además logro llevar a cabo contigo.

Muchas veces, un lecho es lo más que deseamos. Tú no has ni que desearlo.

PD: si pudieras quitar la negrita te lo agradecería (y mi vista también...) jeje.