lunes, 30 de mayo de 2011

Vicisitudes de la vida

"Harto de la monotonía avasallante, de la sensación de desaprovechamiento del presente, falto de inspiración, he de admitir, últimamente, escribo como nunca, escribo como siempre: desde lo más profundo de mi mente. Podré ser un loco pero no un inconsciente, nunca un demente."


Tómate esto como una cita para comenzar: no sabría cómo seguir rimando. Me encuentro, de hecho, en esa época que no deseo a ningún artista -o aprendiz de esto, grupo en el que me incluyo-, ésa que puede llamarse "vacío de inspiración" o "cagarse en uno mismo porque no sabe qué coño escribir o lo sabe pero no logra enfocarlo o lo empieza pero no lo termina". Comienzo a odiarme y vuelvo a estar preso de mi inconformismo. Estoy seguro de que volverá usando uno u otro medio que ahora mismo desconozco o simplemente esperando a ver qué pasa. Somos, en teoría, dueños de nuestro destino, por lo que depende exclusivamente de mí... ¡y una mierda!


Leo, veo pelis, escucho nueva música y vuelvo a leer, pero nada, todo negro menos el folio que se queda en blanco (y mi mente, por cierto). Paso horas pensándolo, dándole vueltas, horas en vano que no dan su fruto: una solución. "Estás obsesionado -pienso- ya vendrá, tranqui tío". Pero no viene, no llega, y tú estás leyendo este coñazo en vez de hacer algo más útil. Soy autodestructivo. Soy un monstruo para mí mismo. Soy un puto inconforme que no concuerda con los estándares que la actualidad propone.


No hay sitio para los bohemios en pleno siglo XXI, lo cual me lleva a pensar que todo tiempo anterior fue mejor, entendiendo por tiempo anterior algo tipo los 50... ¡cuánto me habría gustado vivir en los 50! o incluso en los 60 o en los 70. Probablemente también en los 20 (gracias Woody Allen por esa Medianoche en París).


Si me preguntaran "¿qué te gustaría hacer ahora?" mi respuesta sería "conseguir una escopeta, salir a la calle y cargarme a alguien arbitrariamente" en un sentido metafórico, claramente... "Podré ser un loco, (...) nunca un demente".


No obstante soy consciente de que es injusto sentirme así en estos momentos. Me lo estoy pasando de puta madre, cada día me encuentro más a gusto con mis alrededores, voy encontrando mi sitio -el cual seguirá formándose paulatinamente-, es habitual el despertarme con una sonrisa en la boca, llegar a clase y seguir con esa sonrisa, salir de clase y seguir con esa sonrisa de oreja a oreja y unas agujetas insoportables. Pese a todo ello, no encuentro la inspiración; "vicisitudes de la vida -pienso- ya volverá -espero". Me habría gustado contar muchas más cosas, pero no sé cómo hacerlo... por lo que concluyo con esta mierda. Gracias por haberla leído, y lo siento. 

No hay comentarios: