sábado, 31 de marzo de 2012

Realidad política (mierdocracia)

Lo cierto es que no veo la tele, soy un desinformado social. Pero eso tiene una razón de peso, y es que cuando la veo me doy cuenta de lo que los españoles hacen con España. Por ejemplo, el otro día encendí la tele, el día de la huelga general; ¿y qué veo? Unas declaraciones de nuestro señor presidente del gobernucho -de las narices y tijera en mano- diciendo que, a grandes rasgos, podíamos manifestarnos cuanto quisiéramos, que él no iba a cambiar nada de su reforma laboral y los recortes seguirían adelante; no estando contento ya con todo eso, añadió algo así como que tenemos que estar agradecidos de que "su partido" haga reformas, que en el resto de Europa no se estaban realizando tantos intentos por salir de la crisis. Igual es que somos tontos pero, ¿quién tiene que hacer reformas? ¿Francia, Inglaterra y Alemania? U otro país, quizás un poco mas marginado financieramente, como ¿Grecia? ¿Y qué reformas son estas?

A fin de cuentas, la reforma se resume en: "Despido al costo". Cosa que no estaría mal si a empresas como Telefonica (y que hay gente que se preocupa más por si le ponen la tilde ,o no, al nombre, hay que ver hasta donde llega la estupidez de la gente...) se les permita hacer un E.R.E (Expediente de Reducción de Empleo) cuando tienen un margen de beneficios de miles de millones. A ver, que igual no queda claro: 1.000.000.000; eso son mil millones. Una cantidad nada despreciable: si se la dieran a alguien en pipas haría rico.

Bueno, lo dicho sobre presupuestos queda ahí. Vamos al quid de la cuestión. Hasta donde llegan mis escasos conocimientos del que acaba de salir de debajo de una piedra, España es un país democratico. ¿Cómo un país democrático tiene un presidente que tiene el maldito rostro de salir por la tele diciendo que por mucho que nos manifestemos piensa hacer caso omiso de nuestra opinión; y que para colmo hemos de darle las gracias por hacer reformas? Viva la democracia señores. Un señor electo por el pueblo pasa de nosotros. Debe ser una broma de mal gusto, porque yo no le veo la gracia. Y que, después de que pasen estas cosas, sigamos atascados en este bipartidismo de fachas, y un poco menos fachas, y todos igual de corruptos. Podría potar en el congreso y el suelo olería menos a cochambre.

Me parece triste que sigamos atascados en el tercermundismo europeo (y que haya terceros mundos), nos hagamos como que somos dignos aún para aquellos banqueros que dirigen nuestras vidas. Asqueroso ya era que estuviéramos a merced de un mercado financiero de pirañas y buitres, pero que encima tengan el rostro, la cara dura, de que sus marionetas no se corten un pelo a la hora de restregárnoslo por la cara. Y sí Rajoy, será que, a partir de ahora, cuando estés penetrando nuestros ateridos ojetes no solo no podamos quejarnos, sino que tengamos que pedirte más: por decreto de ley.

¿Abolirás la constitución también de la misma forma que cambiaste artículos a tu antojo sin necesidad de referéndum y seguiremos sin poder decir nada? Y en estos tiempos más que nunca, aunque no he sido partidario de tal idea, se me aparece como más cálida la perspectiva de la revolución francesa traída a nuestros días. Voy a por mi guillotina...

miércoles, 14 de marzo de 2012

Immanuel Kant: La sensibilidad y el entendimiento.

Notas 3 (Branislav Bozanic)

Llamamos sensibilidad a la capacidad receptiva del cerebro. Llamamos entendimiento a la capacidad que tiene este de producirla por sí mismo.

La capacidad de pensar, de percibir, un objeto es el entendimiento. Pero todo esto no sería posible sin un nivel minimo de sensibilidad, ningún objeto nos sería dado, ningún hecho sería percibido. La clave es; percibir, pensar y entender, y todo esto vinculado por nuestro nivel de sensibilidad.

Según nuestra naturaleza solo mediante la intuición podremos ser, mas o menos, sensibles. Al no ser totalmente racionales, al tener una parte "animal", la intuición es un recurso natural con el que no indagamos mas allá de cualquier objeto que nos afecta.

La intuición es la barrera que debemos superar para llegar a ser trascendentales, para llegar a ese punto del que hablaba Kant, para poder: percibir, pensar y entender con claridad.

A la niña le quitaron su juguete.

La niña está triste porque le quitaron el juguete de las manos. Ahora la niña piensa que ya nada es lo que era, todo es un drama. Ya no hay historias que divagaban en su imaginación. Ya no hay mundos paralelos en los que podía refugiarse de un mundo de gente que no la comprende, porque es una niña, una niña que llora porque no posee ya su sexto sentido, su quintaesencia, su cuarto carácter, su tercer brazo, su segunda vida, su primer principio. Caras largas se suceden en la cara de la niña con el ceño fruncido y las lágrimas batallando por no salir de unos ojos humedecidos, rojizos por la ira, que reflejan un hábitat hostil donde todos se tornan impíos. La niña suplica que le devuelvan el juguete que tanto ama, pero solo recibe como respuestas un repetido "no" que la lleva a desesperar. Tan desesperada estaba la niña que ahora llora, llora a borbollones porque ya no puede jugar. Las lágrimas perdieron en su lucha. Y la niña grita, grita pero nadie le hace caso, ¿quién iba a hacer caso a una niña que lo único que quiere es su juguete de vuelta? Todos piensan que el capricho será efímero y que pronto dejará de gritar, de llorar, de enfurecer. Todos piensan que es solo un capricho, pero la niña no lo ve así y las cosas no hacen más que empeorar. La niña está inconforme y continúa gritando con más fuerza. Le falta la respiración...

Es ahora cuando imagina un mundo colorido, armonioso y variopinto. Ahí era adonde huía gracias a su juguete. La niña lo ve como un lugar lejano solo a veces: cuando no juega con su juguete. No volaba, pero como si lo hiciera. Mejor es, incluso. Nada importaba cuando estaba en ese mundo, aun con los pies en otro distinto en el cual vivir no es interesante. La niña se enfadó y no respiró y ahora lo recordaba y volvió a respirar ante la mirada atónita de unas caras que no deberían estar allí. Son caras ensombrecidas que la miran desde arriba, negras como el agujero en el que inicia a caer empapada en un lago de sudores que se mezcla con la lluvia de sus ojos. La primera vez que la niña jugó con el juguete que le quitaron de las manos lo hizo por curiosidad. Desde entonces la niña solo entiende su vida con su juguete y nunca se imaginó que se lo pudieran quitar como si de polvo se tratara; un polvo blanquecino que vio esfumarse, rápido como un rayo, cuando se mezcló con el viento, maligno y egoísta como el ser de por sí. Mucho menos se imaginó cuánto le costaría dejar ese juguete que le estaba arruinando la vida en un mundo incompleto, donde solo hay gente triste, donde todo es un drama y donde solo merece la pena vivir huyendo a otro mundo, que es tan irreal que ha de ser real.

viernes, 9 de marzo de 2012

El gato

Regresó pronto aquel día a casa. Las diez, vio en el reloj. Se quitó su chaqueta de cuero negro, dejó lucir su camisa de blanco inmaculado con gemelos de oro en las mangas, aunque en aquella oscuridad, apenas corrompida por los focos del jardín, apenas de veía nada. Tentó, como un bebé que aprende a caminar hasta dar con el interruptor y lo accionó. La muy tenue luz, puesta así a propósito, dejó a la vista la opulencia que podía permitirse tras su último golpe, y cómo se notaba que no había sido él quien lo había decorado. Caminó con paso indeciso hacia la nevera, la abrió, puso cara mohína hacia el interior en busca de algo apetecible. Refrescos, jamón y queso, un caldero que le había dejado su asistenta -que contendría algún asqueroso manjar- y cerveza. Su boca era de ceniza en ese momento, necesitaba algo fuerte, cerró la puerta con desdén a la vez que mostraba una mueca de asco. Abrió el mueble-bar: whisky, eso iría bien, un gran reserva. Tomó un vaso, lleno hasta el borde, y dio cuenta de él en un solo trago; el alcohol bajó por su esófago como un suave tónico templado y aterrizó en su estomago en ayunas como un chorro de ácido, que le sacó un escalofrío y le elevó un poco la temperatura. Suspiró y se fue, a oscuras, a la cama. No sin cargar consigo la botella. Tras unos minutos solo quedaba la mitad del contenido del recipiente y deliraba dejando caer un hilo de baba sobre la almohada en un sueño etílico.

lunes, 5 de marzo de 2012

¿Qué es un lápiz?

Un lápiz es un objeto inanimado, visible, palpable, con olor propio; notable solo a veces, e incluso saboreable para alguno. Fabricado a partir de madera, carboncillo y otros tantos materiales. Por último, sus funciones principales son la escritura y el dibujo.

Esta es una, no muy resumida, descripción de lo que sería científicamente un lápiz para el mundo en general. Decir, que es una descripción científica que por muy objetiva y exacta que pueda llegar a ser, la conocen tanto los estudiantes poco estudiosos como los trabajadores bastante vagos. En cambio si se describiera de forma subjetiva ¿Quien la entendería, o conocería la suya propia? Y digo propia pues algo subjetivo es personal y, muchas veces, único para todos.

-La respuesta queda en el aire. Quien desee conocerla que la busque, pues es simple, pero quien prefiera dejarla en manos de la filosofía, que la deje estar y que busque más preguntas en las que pensar-

Descripción subjetiva de un lápiz:

Lápiz es el instrumento del pensamiento, la extensión de la mente y el cuerpo, el catalizador de la imaginación, el proyector de los sueños, el sendero hacía los deseos, el compañero del papel y del lenguaje en una vida de aventuras, el comienzo de todo paisaje obrado, el hijo de la realidad, el padre de la fantasía… Un lápiz es simplemente nada si solo es un lápiz, en cambio, si ese lápiz es utilizado por cualquier persona con un mínimo de afán por algo, se convierte en todo.